
Los
‘buscadores de hostia fina’ que vimos en entregas anteriores sacando fotos a los más malotes del barrio y robándoles los móviles de sus manos, vuelven a la carga. Superando su propia estupidez esta vez el plan es ir vendiendo pistolas tal y como lo haría un policía (novato) encubierto.
El corte en la última escena hace saltar la alarma de detección de posible
fake, aunque por otra parte las hostias finas parecen bastante reales. Habrá que estar atentos a sus próximas (y puede que últimas) aventuras
Youtubescas.

Sus videos en el
guetto anteriores:
Selfies extremos sin permiso y
robando móviles de las manos.