
El payaso diabólico regresa con otra cámara oculta. Sigue bordeando el límite, con toques gore y dando que pensar lo que pasará cuando un día una de sus víctimas sea un policía de paisano o alguien armado y no les de tiempo a decir que era una
‘broma’.
(*) En su primer vídeo ya alguien les hizo frente
empuñando un cuchillo, aunque no se dieron cuenta hasta después de editar el vídeo.