Google y los cristales del tiempo: la física se ha fumado algo muy tocho
Parece ciencia ficción, pero no: Google lleva años jugando con un tipo de materia que se salta las reglas del tiempo. Se llaman cristales del tiempo y no son decorativos ni sirven para que flipes en una rave. Son estructuras cuánticas que oscilan sin consumir energía. Como si un metrónomo funcionase solo, sin pila, eternamente. Eso, en física clásica, es imposible. Pero en el universo cuántico… es posible!
Todo empezó cuando el equipo de Google metió mano a su chip Sycamore, una bestia cuántica que ya dejó locos a los de IBM. En 2021 lograron crear una especie de materia que se repetía en el tiempo como un loop infinito. Desde entonces, la cosa ha ido a más. En 2025, un equipo de Dortmund ha conseguido que los cristales aguanten 40 minutos vibrando sin perder el ritmo. En términos cuánticos, eso es una barbaridad. Antes duraban microsegundos. Ahora son minutos de gloria eterna.
¿Para qué sirve esta locura? Imagina ordenadores cuánticos ultraestables, relojes que no se atrasan ni un solo tic en mil años, sensores que detectan lo invisible o memorias que no se corrompen nunca. Es tecnología que reescribe lo que creíamos saber sobre el tiempo, la energía y la estabilidad. A día de hoy, Google, Harvard y medio mundo andan metiendo bisturí a este fenómeno, y cada vez hay más pruebas de que no es humo. Ya no es una hipótesis: es materia real.
Todo esto suena muy abstracto, pero la realidad es esta: hay científicos que están creando estructuras que rompen las reglas del universo. Y no lo hacen en Marte ni en el CERN, lo hacen en chips y laboratorios que están más cerca de Silicon Valley que del Área 51. Y sí, da un poco de miedo, pero también es lo más parecido a magia real que vamos a ver este año.
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