No es fácil subir una cuesta borracho
Cuando vas hasta las cejas de alcohol, subir una cuesta no es tan fácil como parece. El suelo se mueve bajo tus pies, las cuestas se empinan más y si pierdes el equilibrio, caes al abismo. Lo importante es no desfallecer y seguir intentándolo hasta el final… y sobre todo, no olvidarte de llevar el periódico hasta la cima.
En la grabación la pendiente de la cuesta no se aprecia bien hasta que cae rodando.
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